La historia de la fabricación se remonta a la Revolución Industrial en el siglo XIX, cuando innovaciones como las máquinas de vapor y la maquinaria aceleraron la transformación de los modelos de producción. Desde entonces, la fabricación ha sido el método predominante en la industria de productos básicos debido a su alta producción y automatización centralizada.
Como consumidores, hemos beneficiado enormemente de la fabricación de productos: están fácilmente disponibles en centros comerciales, supermercados y tiendas en línea, a menudo a precios asequibles con abundante stock. Incluso cuando un producto está agotado, generalmente hay un sustituto similar disponible.
Sin embargo, para los emprendedores que buscan iniciar sus propios negocios y convertirse en vendedores, el modelo de fabricación tradicional puede ser desalentador. ¿Puedes permitirte mantener grandes inventarios? ¿Dónde los almacenarás? ¿Qué pasa si las ventas son lentas? ¿Cómo compites contra rivales que ofrecen los mismos productos a precios más bajos?
respuesta a estos desafíos, surgió la innovación, lo que llevó a la aparición de la impresión bajo demanda (POD).